La areola y el pezón se reconstruyen en una cirugía posterior a la reconstrucción mamaria que no precisa ingreso hospitalario.
La areola puede reconstruirse mediante un tatuaje o empleando un injerto de piel procedente de la ingle, ya que es esta piel se oscurece más que la de otras zonas corporales y resulta más fácil disimular la cicatriz.
En la reconstrucción del pezón se puede emplear la piel de la mama, realizando una plastia local, o se puede implantar el hemipezón contralateral.