¿Qué es la Ginecomastia?

En medicina, la ginecomastia se define como el agrandamiento benigno y anormal del tejido mamario masculino. Es decir, la glándula de dicha mama crece y se desarrolla presentando un volumen excesivo y ofreciendo la apariencia de mama femenina. El tejido glandular, con el tiempo, es sustituido por tejido fibroso y, en muchos casos, se acompaña además de acumulación de tejido adiposo, de grasa.

No hay que confundir la ginecomastia con la pseudoginecomastia o lipomastia, ya que ésta última consiste en el aumento o acumulación de tejido adiposo en la región pectoral. En estos casos únicamente hay acumulación de grasa, no hay proliferación glandular, y su causa está relacionada, principalmente, con el sobrepeso o la obesidad.

Ambas patologías aparecen frecuentemente en hombres jóvenes. Los que la sufren suelen estar preocupados debido al aspecto poco viril de su tórax, pudiendo, incluso, llegar a comportarse de un modo distinto a como desearían. La forma afeminada de la mama suele producir vergüenza y baja autoestima llegando, incluso, a cambiar hábitos de vida cotidianos como ir al gimnasio o utilizar cierto tipo de ropa.

Pero ¿qué puede hacer el paciente?, ¿cómo se puede solucionar el problema?

Sea cual sea el grado o la causa, el primer paso será consultar al especialista: es importante evaluar cada caso para que enfermedades graves no pasen inadvertidas. Por lo general, la mayoría son cuadros benignos y reversibles, es decir, se pueden tratar y corregir. En la mayor parte de los casos la ginecomastia ocurre en fases de cambios hormonales del hombre (como lo son la infancia, la adolescencia o la vejez) donde se pierde el equilibrio entre estrógenos y andrógenos.

En cada caso el especialista deberá evaluar las mamas y diferenciar si su aspecto es por acumulación de grasa, por un crecimiento anormal de la glándula o por ambos motivos. Asimismo estudiará las causas ya que esta enfermedad puede atribuirse también a trastornos fisiológicos, tumores endocrinos, disfunciones endocrinológicas, enfermedades no endocrinológicas, uso de medicamentos u otras causas idiopáticas. Por estas razones, en ciertos casos el especialista deberá realizar, además de los exámenes de rutina, la exploración física y la palpación mamaria, otros análisis complementarios como analíticas, ecografías o mamografías.

Dependiendo del grado y de la causa de la enfermedad, el modo de abordar el problema será distinto. Para cuantificar el grado se usa la clasificación de Simón, quien estableció 3 grados:

  1. Ginecomastia grado I: Aumento leve de la mama caracterizado por un botón localizado de tejido glandular que se concentra alrededor de la areola y donde no hay exceso de piel en un tórax no adiposo. La mayor parte se resuelve en forma espontánea.
  2. Ginecomastia grado II: Aumento moderado. Se caracteriza por una ginecomastia difusa en un tórax con más tejido adiposo, con márgenes no bien definidos. Puede o no tener exceso de piel.
  3. Ginecomastia grado III: Gran aumento de la mama. Es una ginecomastia difusa con excedente de piel. Es frecuente y se presenta de preferencia en adultos mayores.

El especialista orientará al paciente sobre el problema, su evolución y las distintas soluciones para recuperar el aspecto normal de tórax masculino. El tratamiento podrá incluir, además de una evaluación periódica, fármacos, adenectomía (simple o con resección cutánea), liposucción o lipólisis láser.

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